viernes, 17 de julio de 2009

Karl Barth

"Cuando el Cielo se vacía de Dios, la tierra se llena de ídolos."
Karl Barth (1886-1968) Teólogo suizo.

Mi vida es mi responsabilidad.


Hoy cambio mi vida.
Propósitos:
1. Conectar conmigo misma para conocer cual es mi misión en esta vida, o misiones.
2. Ser como San Miguel, guardián y protector de mis pensamientos y defensor de mi cuerpo y mi mente.
3. Desarrollar la intuición, la inteligencia y los Valores.
4. Dedicarme más a todos vosotros sin necesidad de resultados.
5. Alcanzar la felicidad imperecedera.
6. Construir un amor incondicional.
7. Volver a nacer cada día y morir en él.

jueves, 16 de julio de 2009

Coplas a la muerte de su padre. Jorge Manrique.


Este poema parece escrito para Francisco Palomo, se lo dedico a Mercé y a Màrius. Palomo te encuentras en nuestros corazones.

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo después, de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiera tiempo passado
fue mejor.

Y pues vemos lo presente
cómo en un punto s'es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por passado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio,
porque todo ha de passar
por tal manera.

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros, medianos
y más chicos,
allegados son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.

Dexo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
no curo de sus ficciones,
que traen yerbas secretas
sus sabores.
A Aquél solo me encomiendo,
Aquél solo invoco yo,
de verdad,
que en este mundo viviendo
el mundo no conosció
su deidad.

Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nascemos,
andamos mientra vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenescemos;
assí que, cuando morimos,
descansamos.

Este mundo bueno fue
si bien usáremos dél
como debemos,
porque, según nuestra fe,
es para ganar aquél
que atendemos.
Y aun el hijo de Dios,
para sobirnos al cielo,
descendió
a nascer acá entre nos
y vivir en este suelo
do murió.

Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos,
las perdemos:
dellas deshaze la edad,
dellas casos desastrados
que acaescen,
dellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallescen.

Dezidme, la hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
la color y la blancura
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas y ligereza
y la fuerça corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega al arrabal
de senectud.

Pues la sangre de los godos,
el linaje y la nobleza
tan crescida,
¡por cuántas vías y modos
se sume su gran alteza
en esta vida!:
Unos, por poco valer,
por cuan baxos y abatidos
que los tienen;
otros que, por no tener,
con oficios no debidos
se mantienen.

Los estados y riqueza
que nos dexan a deshora
¿quién lo duda?
No les pidamos firmeza,
pues que son de una señora
que se muda;
que bienes son de Fortuna
que revuelve con su rueda
presurosa,
la cual no puede ser una,
ni estar estable ni queda
en una cosa.

Pero digo que acompañen
y lleguen hasta la huesa
con su dueño:
por esso no nos engañen,
pues se va la vida apriessa
como sueño.
Y los deleites de acá
son, en que nos deleitamos,
temporales,
y los tormentos de allá,
que por ellos esperamos,
eternales.

Los plazeres y dulçores
desta vida trabajada
que tenemos,
¿qué son sino corredores
y la muerte, la celada
en que caemos?
No mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.

Si fuesse en nuestro poder
tornar la cara fermosa
corporal,
como podemos hazer
el ánima gloriosa
angelical,
¡qué diligencia tan viva
toviéramos toda hora,
y tan presta,
en componer la cativa,
dexándonos la señora
descompuesta!

Essos reyes poderosos
que vemos por escrituras
ya passadas,
con casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas.
Assí que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
y perlados,
assí los trata la muerte
como a los pobres pastores
de ganados.

Dexemos a los troyanos,
que sus males no los vimos
ni sus glorias;
dexemos a los romanos,
aunque oímos y leimos
sus historias.
No curemos de saber
lo de aquel siglo passado
qué fue d'ello;
vengamos a lo de ayer,
que también es olvidado
como aquello.

¿Qué se hizo el rey don Juan?
¿Los Infantes de Aragón,
qué se hizieron?
¿Qué fue de tanto galán?
¿Qué fue de tanta invención
como truxieron?
Las justas y los torneos,
paramentos, bordaduras
y cimeras,
¿fueron sino devaneos?,
¿que fueron sino verduras
de las eras?

¿Qué se hizieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?
¿Qué se hizieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?
¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se hizo aquel dançar,
aquellas ropas chapadas
que traían?

Pues el otro, su heredero,
don Enrique, !qué poderes
alcançaba!,
¡cuán blando, cuán halaguero
el mundo con sus plazeres
se le daba!
Mas veréis, ¡cuán enemigo,
cuán contrario, cuán cruel
se le mostró!;
habiéndole sido amigo,
¡cuán poco duró con él
lo que le dio!

Las dádivas desmedidas,
los edificios reales
llenos de oro,
las vaxillas tan febridas,
los enriques y reales
del tesoro,
los jaezes y caballos
de su gente, y atavíos
tan sobrados,
¿dónde iremos a buscallos?;
¿qué fueron, sino rocíos
de los prados?

Pues su hermano, el inocente
que, en su vida, sucessor
se llamó,
¡qué corte tan excelente
tuvo y cuánto gran señor
que le siguió!
Mas, como fuesse mortal,
metióle la muerte luego
en su fragua.
¡Oh, juïzio divinal!,
cuando más ardía el fuego
echaste agua.

Pues aquel gran Condestable,
maestre que conoscimos
tan privado,
no cumple que dél se hable,
sino solo que lo vimos
degollado.
Sus infinitos tesoros,
sus villas y sus lugares,
su mandar,
¿qué le fueron sino lloros?,
¿fuéronle sino pesares
al dexar?

Pues los otros dos hermanos,
maestres tan prosperados
como reyes,
que a los grandes y medianos
truxeron tan sojuzgados
a sus leyes;
aquella prosperidad
que tan alto fue subida
y ensalzada,
¿qué fue sino claridad
que, estando más encendida,
fue amatada?

Tantos duques excelentes,
tantos marqueses y condes,
y barones
como vimos tan potentes,
di, Muerte, ¿dó los escondes
y traspones?
Y las sus claras hazañas
que hizieron en las guerras
y en las pazes,
cuando tú, cruda, te ensañas,
con tu fuerça las atierras
y deshazes.

Las huestes innumerables,
los pendones y estandartes
y banderas,
los castillos impugnables,
los muros y baluartes
y barreras,
la cava honda, chapada,
o cualquier otro reparo
¿qué aprovecha?
Que si tú vienes airada,
todo lo passas de claro
con tu flecha.

Aquel, de buenos abrigo,
amado por virtuoso
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tan famoso
y tan valiente;
sus grandes hechos y claros
no cumple que los alabe,
pues los vieron,
ni los quiero hazer caros,
pues el mundo todo sabe
cuales fueron.

¡Qué amigo de sus amigos!
¡Qué señor para criados
y parientes!
¡Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforçados
y valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Qué benigno a los sujetos,
y a los bravos y dañosos,
un león!

En ventura, Octavïano;
Julio César, en vencer
y batallar;
en la virtud, Africano;
Aníbal, en el saber
y trabajar;
en la bondad, un Trajano;
Tito, en liberalidad
con alegría;
en su braço, Aurelïano;
Marco Atilio, en la verdad
que prometía.

Antonio Pío, en clemencia;
Marco Aurelio, en igualdad
del semblante;
Adrïano, en elocuencia;
Teodosio, en humanidad
y buen talante;
Aurelio Alexandre fue
en disciplina y rigor
de la guerra;
un Costantino, en la fe;
Camilo, en el gran amor
de su tierra.

No dexó grandes tesoros,
ni alcançó grandes riquezas
ni vaxillas,
mas hizo guerra a los moros
ganando sus fortalezas
y sus villas.
Y en las lides que venció,
muchos moros y caballos
se perdieron,
y en este oficio ganó
las rentas y los vasallos
que le dieron.

Pues por su honra y estado,
en otros tiempos passados,
¿cómo se hubo?:
Quedando desamparado,
con hermanos y criados
se sostuvo.
Después que hechos famosos
hizo en esta dicha guerra
que hazía,
hizo tratos tan honrosos
que le dieron aun más tierra
que tenía.

Estas sus viejas estorias
que con su braço pintó
en la joventud,
con otras nuevas victorias
agora las renovó
en la senectud.
Por su gran habilidad,
por méritos y ancianía
bien gastada,
alcançó la dignidad
de la gran caballería
de la Espada.

Y sus villas y sus tierras,
ocupadas de tiranos
las halló,
mas por cercos y por guerras,
y por fuerça de sus manos
las cobró.
Pues nuestro Rey natural,
si de las obras que obró
fue servido,
dígalo el de Portugal,
y en Castilla quien siguió
su partido.

Después de puesta la vida
tantas vezes por su ley
al tablero,
después de tan bien servida
la corona de su Rey
verdadero,
después de tanta hazaña
a que no puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa de Ocaña
vino la Muerte a llamar
a su puerta.

Diziendo: "Buen caballero,
dexad el mundo engañoso
y su halago,
vuestro coraçón de azero
muestre su esfuerço famoso
en este trago;
y pues de vida y salud
hezistes tan poca cuenta
por la fama,
esforçad vuestra virtud
para sofrir esta afruenta
que os llama.

"No se os haga tan amarga
la batalla temerosa
que esperáis,
pues otra vida más larga
de fama tan glorïosa
acá dexáis.
Aunque esta vida de honor
tampoco no es eternal
ni verdadera,
mas con todo es muy mejor
que la otra temporal,
perescedera.

"EI vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales.
Mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros.

"Y pues vos, claro varón,
tanta sangre derramastes
de paganos,
esperad el galardón
que en este mundo ganastes
por las manos;
y con esta confiança,
y con la fe tan entera
que tenéis,
partid con buena esperança,
que esta otra vida tercera
ganaréis".

Responde el Maestre

"No gastemos tiempo ya
en esta vida mezquina
por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;
y consiento en mi morir
con voluntad plazentera,
clara y pura,
que querer hombre vivir,
cuando Dios quiere que muera,
es locura."

Oración

"Tu, que por nuestra maldad
tomaste forma servil
y baxo nombre;
Tú, que a tu divinidad
juntaste cosa tan vil
como el hombre;
Tú, que tan grandes tormentos
sufriste sin resistencia
en tu persona;
no por mis merescimientos,
mas por tu sola clemencia,
me perdona."

Cabo

Así, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer,
y de hijos, y hermanos,
y criados,
dio el alma a quien gela dio,
ei cual la ponga en el cielo
en su gloria.
Y aunque la vida murió,
nos dexó harto consuelo
su memoria.

Baco. Caravaggio

miércoles, 15 de julio de 2009

Seda y Cobre


Maravillosos cuerpos de seda y cobre.
Embriagados por Eros, dios nacido del Kaos.
Con la unión de sus cuerpos encuentran la belleza, armonía musical en sus movimientos, deseo de continuar en el camino del Amor, Camino Irreversible.
Maravillosos cuerpos, de seda y cobre.


lunes, 13 de julio de 2009

El Nacimiento de la Vía Láctea


El Dios de los Dioses del Olimpo, Zeus, era bien conocido por su afición a la conquista de diosas, ninfas y mortales. Esta vez en uno de esos encuentros eligió a la bella mortal Alcmena casada con Anfitrión. Para no levantar sospechas se hizo pasar por su marido y se sentía tan entusiasmado con su nueva amante que hizo retrasar el nacimiento del sol, entre otras cosas para no alertar a su mujer Hera, diosa protectora del matrimonio.
Hera celosa y vengativa con todas las amantes de su marido, siempre montaba en cólera al enterarse de las nuevas conquistas de Zeus y depositaba toda su rabia traducida en venganza hacía las amantes o los hijos del dios no nacidos de su matrimonio.

Cuando hubieron finalizado su encuentro, Alcmena quedó sumida en plácido sueño del que despertó y encontró a su esposo Anfitrión deseoso de unirse a ella.
De ambos encuentros nacieron Heracles, hijo de Zeus e Ificles hijo de Anfitrión.
Heracles ("Gloria de Hera"), era el predilecto por el dios del Olimpo, le dedicaba mil atenciones.
Hera no soportaba tal afecto de su marido hacía aquel bebé, humillada decidió vengarse.
Su primer intento fue retrasar el parto lo más que pudo pero la fuerza del no nacido hizo superar ese obstáculo y nació a los 10 meses. ( 10=Un ciclo completo).
Una vez superada la prueba del parto, Hermes dios mensajero bien sabía que los hijos nacidos de una mortal y un dios no podían alcanzar la inmortalidad si no mamaban del pecho de Hera. Pero, ¿cómo darle de mamar al hermoso y robusto bebé de los generosos pechos de la diosa?

Mientras el pícaro Dios se planteaba este asunto, Hera planeaba la destrucción de ese bebé tan amado por su marido y depositó dos serpientes en la cuna de Heracles, cuando tan solo tenía 8 meses de vida, pero él haciendo honor al poderío de su padre se deshizo de estos malévolos animales sin mayor esfuerzo.
La rabia y la ansiedad crecían en la diosa.
Hermes decidió aprovechar el descanso de Hera para depositar en su regazo al bebé.
Heracles ansioso por mamar del néctar de sus pechos bebió tan violentamente que despertó a la diosa. Ésta viendo que tenía un bebé en su pecho y sin reconocerlo apartó a Heracles con desprecio y de esta acción derramó parte se su leche y de los labios del ya inmortal cayeron pequeñas gotas, formando así la Vía Láctea.



Li Tai-Po


El mundo está lleno de pequeñas alegrías: el arte consiste en saber distinguirlas.


Li Tai-Po (701-762) Poeta chino.

El Nacimiento de la Vía Láctea

"El nacimiento de la Vía Láctea" por Peter Paul Rubens.

TANT HE AMAT QUE VINC...


Tant he amat que vinc en desamar,
sí com aquell qui amics ha tengut
per llur defalt havent-lo decebut
a tot lo món se gira en aïrar.
La gran amor porta ab si càrrec gran,
viure no pot sens gran sosteniment:
lo seu semblant voler l'és sostinent
i, aquell no ferm, amor va tremolant.

Qui ama poc no deu ser desijant
que son amat li sia extrem volent,
car poc voler no és delit sintent
del gran voler que li porta l'amant.
Sol per amor se desija altra amor:
per si mateix no porta a altre delit
e dóna cels dant congoixós despit,
si lo delit de ser amat no encor.

Ja en amor no seré durador,
car son afany sobrepuja el delit.
Al temps antic jo degra ser eixit,
que ignocent era tot amador
e l'home vell solia ser fadrí,
i en temps present és vell qui barba met.
Cascuna amor vol temps sens cald ne fred:
jo crem d'hivern e d'estiu tremolí.

Lo meu voler en amor no fartí
de ser entès e molt menys satisfet:
Déu, mi e el món a tot oblit tramet
e és molt escàs lo grat que jo en sentí.
Per aquell preu que amor deu ser venut,
jo dant aquell, no viu que l'atengués:
aquell voler que sens dir és entès
per mal sentir no fon bé conegut.
Ab gran voler de parlar, jo fui mut,
per no trobar raó qui em satisfés
a ma dolor que bastament digués
e per ço fui hom sens amor tengut.
Mon cor sostrac la paraula de se,

ma boca tenc aquella no passàs,
vergonya i por guardaren aquest pas
e no fon vist com d'amor tal cas ve!
Menys mal d'aquest, ¿qual fort cor lo sosté?
¿Qui és aquell qui sobtós no esclatàs
que sa dolor a mostrar no bastàs
e fos cregut hom sens amor e fe
e son voler vengués ésser jutjat
per saber gros e voler deslleal,
l'entendre seu, veent-lo cominal,
que fos entès d'enteniment tapat?
Si ans de teps só vist blanc e ruat
e lo meu cos mostra haver passat mal,
serà per ço com amor ja no val
a aquell a qui natura ha enamorat.

Per Déu, a mi solament jo no planc,
mas a cascú qui en tal cas se verà!
Bé son jo cert que en tot no em semblarà,
car, per honor, jo em sec en pus alt banc.
Amor, amor, vostre poder és manc
o de sens grat ésser podeu reptat.
Qual d'aquests noms voleu en vós posat,
de qualsevol costat jaeu en fang.

Ausias March