viernes, 18 de diciembre de 2009

Reflexiones?


No es una reflexión lo que trato de explicar, sino una caotíca lluvia de pensamientos.

La vida no deja de sorprenderme.

Después de despojarme (parcialmente) de mis máscaras, he dejado atrás los noes, peros y los miedos.

Ojalá todos comprendamos que la vida se trata de tocar puertas y aceptar que solo se abren las que tienen que ser.

He recibido un gran regalo, algo que no esperaba en absoluto, un regalo sorpresa!!

Estoy tan agradecida a todos los que han participado en este regalo, tan agradecida, que he le pido a los Dioses del Olimpo y a los Reyes Magos que mis agradecimientos se conviertan en alegría para todos ellos. (Si nos son unos son otros pero alguien por ahí arriba lo recibirá)

Gracias por los empujones, gracias por existir...


jueves, 19 de noviembre de 2009

Thomas Huxley

Enfréntate a la realidad como un niño pequeño,
abandona la idea preconcebida,
sigue con humildad cualquier abismo adonde la
naturaleza te conduzca o no aprenderás nada.

Máscara

Debemos de ver la vida sin máscara. La máscara es un símbolo de los velos del pensamiento, de nuestras creaciones mentales y de nuestros proyectos personales, movidos por los deseos de poder, afecto, posesión...en definitiva por nuestra pobreza interior.
Anhelamos ser libres de máscaras, pero nos da miedo o pereza caer en el precipicio de vivir sin ellas...

Si os encontráis de repente junto al precipicio, os daréis cuenta de que ahí termina el tortuoso camino de vivir con cadenas y máscaras pesadas, ya es un logro llegar hasta Él.

Acepta que tu camino se ha acabado y tiráte, aprenderás a volar...

Porque no hay nada tan bello como aceptar, confiar y vivir por ti mismo.
Pero alerta, no te confíes porque ellas aparecen, no quieren dejar de ser... solo tú podrás reducirlas a un recuerdo pasado.
Os deseo buena fortuna!!

sábado, 10 de octubre de 2009

Vuestra Soy. Sta Teresa de Avila

Vuestra soy, para Vos nací,

¿Qué mandáis hacer de mí?
Soberana Majestad,
Eterna sabiduría,
Bondad buena al alma mía,
Dios, alteza, un ser, bondad,
La gran vileza mirad
Que hoy os canta amor ansí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, pues me criastes;
Vuestra, pues me redimistes;
Vuestra, pues que me sufristes;
Vuestra, pues que me llamastes;
Vuestra, pues me conservastes;
Vuestra, pues no me perdí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
¿Que mandáis, pues, buen Señor,
Que haga tan vil criado?
¿Cuál oficio le havéis dado
A este esclavo pecador?
Veisme aquí, mi dulce Amor,
Amor dulce, veisme aquí,
¿Qué mandáis hacer de mí?

Veis aquí mi corazón,
Yo le pongo en vuestra palma
Mi cuerpo, mi vida y alma,
Mis entrañas y afición;
Dulce Esposo y redención,
Pues por vuestra me ofrecí
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme muerte, dadme vida:
Dad salud o enfermedad,
Honra o deshonra me dad,
Dadme guerra o paz cumplida,
Flaqueza o fuerza a mi vida,
Que a todo digo que sí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme riqueza o pobreza,
Dadme consuelo o desconsuelo,
Dadme alegría o tristeza,
Dadme infierno o dadme cielo,
Vida dulce, sol sin velo,
Pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Si queréis, dadme oración,
Si no, dadme sequedad,
Si abundancia y devoción,
Y si no esterilidad.
Soberana Majestad,
Sólo hallo paz aquí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme, pues, sabiduría,
O por amor ignorancia.
Dadme años de abundancia
O de hambre y carestía,
Dad tiniebla o claro día,
Revolvedme aquí o allí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Si queréis que este holgando,
Quiero por amor holgar,
Si me mandáis trabajar,
Morir quiero trabajando.
Decid, dónde, cómo y cuándo.
Decid, dulce Amor, decid.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme Calvario o Tabor,
Desierto o tierra abundosa,
Sea Job en el dolor,
O Juan que al pecho reposa;
Sea viña fructuosa
O estéril, si cumple ansí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Sea Josef puesto en cadenas
O de Egipto Adelantado,
O David sufriendo penas,
O ya David encumbrado.
Sea Jonás anegado,
O libertado de allí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Esté callando o hablando,
Haga fruto o no le haga,
Muéstreme la Ley mi llaga,
Goce de Evangelio blando,
Esté penando o gozando,
Sólo Vos en mí vivid.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, para Vos nací,¿Qué mandáis hacer de mí?

Morte a Venezia. Luchino Visconti.


Muerte en Venezia. Luchino Visconti.
Búsqueda de la belleza inalcanzable, bella por sí misma y reflejo de la verdad.

Groucho Marx

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.

Groucho Marx (1890-1977) Actor estadounidense.

Julio Romero de Torres

La nieta de la Trini, 1929
El Pecado, 1913.





La vía del Tarot. Alejandro Jodorowsky.


XIIII

TEMPLANZA

Protección, circulación, curación

El Desig Essencial. Xavier Melloni.

"El desig és atret per la vida, i allà on són les fonts de la vida s'aviva el desig."

2008.¿Será por el 8?, ¿Será por el 2+8=10?


2008, ahora que te alejas y nos dejas para dar nacimiento a un nuevo año, quiero decirte todo lo que me has dado y lo que me has quitado, quiero contarte lo que me has aportado.
Te doy las gracias, porque me has enseñado que el movimiento y el cambio son oportunidades. Has presenciado tantas cosas conmigo, hemos ido de la mano, superando una a una las pruebas que me traías...
Me has visto llorar por muchas pérdidas, me has visto reír y disfrutar...me has visto cerca de mis seres queridos, de mi familia, de mis amigos, y muy lejos de muchos otros...

No te olvidaré nunca, por muchas cosas...algunas tan íntimas...
He aprendido de humildad, de caridad, de espiritualidad, tantos valores he adquirido junto a ti que he podido madurar.

Me conozco mejor, si mucho mejor, y conseguiré aprender a ser feliz.
Contigo he cultivado... ojalá seas tú el que vieras los frutos.
Gracias por todo, muchas gracias...sé que todavía estás conmigo y quiero disfrutar de tu imperio del tiempo hasta tu transformación.

lunes, 31 de agosto de 2009

After Holidays...

Hoy día 31 de agosto comienzo una nueva vida...
Con valentía dejo el trabajo que estaba realizando, mis ataduras sentimentales y emprendo un nuevo camino... un sendero hacía el auto conocimiento, la liberación...
Me reencarno en el ser que siempre soñé ser...
Voy a crear un proyecto que pronto alumbrará...
Agradezco a Ivan Bofarull su apoyo y su empuje, eres tan grande!! "No necesito conversar porque tu ya sabes como soy, tú me has conocido siempre... Amigos para siempre, Amics per sempre..naino naino naino na..".

martes, 21 de julio de 2009

Detalle. Oración en el Huerto. Francisco Salzillo.

Francisco Salzillo y Alcaraz (Murcia 21 de mayo de 1707 -ibidem; 2 de marzo 1783).
Está considerado como el más representativo imaginero del siglo XVIII español y uno de los más grandes del Barroco. Se dedicó en exclusiva a la temática religiosa.

Aristóteles

La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas.
Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.

Dedicada en especial a Miriam, mi alma y mi corazón.

viernes, 17 de julio de 2009

Karl Barth

"Cuando el Cielo se vacía de Dios, la tierra se llena de ídolos."
Karl Barth (1886-1968) Teólogo suizo.

Mi vida es mi responsabilidad.


Hoy cambio mi vida.
Propósitos:
1. Conectar conmigo misma para conocer cual es mi misión en esta vida, o misiones.
2. Ser como San Miguel, guardián y protector de mis pensamientos y defensor de mi cuerpo y mi mente.
3. Desarrollar la intuición, la inteligencia y los Valores.
4. Dedicarme más a todos vosotros sin necesidad de resultados.
5. Alcanzar la felicidad imperecedera.
6. Construir un amor incondicional.
7. Volver a nacer cada día y morir en él.

jueves, 16 de julio de 2009

Coplas a la muerte de su padre. Jorge Manrique.


Este poema parece escrito para Francisco Palomo, se lo dedico a Mercé y a Màrius. Palomo te encuentras en nuestros corazones.

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo después, de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiera tiempo passado
fue mejor.

Y pues vemos lo presente
cómo en un punto s'es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por passado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio,
porque todo ha de passar
por tal manera.

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros, medianos
y más chicos,
allegados son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.

Dexo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
no curo de sus ficciones,
que traen yerbas secretas
sus sabores.
A Aquél solo me encomiendo,
Aquél solo invoco yo,
de verdad,
que en este mundo viviendo
el mundo no conosció
su deidad.

Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nascemos,
andamos mientra vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenescemos;
assí que, cuando morimos,
descansamos.

Este mundo bueno fue
si bien usáremos dél
como debemos,
porque, según nuestra fe,
es para ganar aquél
que atendemos.
Y aun el hijo de Dios,
para sobirnos al cielo,
descendió
a nascer acá entre nos
y vivir en este suelo
do murió.

Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos,
las perdemos:
dellas deshaze la edad,
dellas casos desastrados
que acaescen,
dellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallescen.

Dezidme, la hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
la color y la blancura
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas y ligereza
y la fuerça corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega al arrabal
de senectud.

Pues la sangre de los godos,
el linaje y la nobleza
tan crescida,
¡por cuántas vías y modos
se sume su gran alteza
en esta vida!:
Unos, por poco valer,
por cuan baxos y abatidos
que los tienen;
otros que, por no tener,
con oficios no debidos
se mantienen.

Los estados y riqueza
que nos dexan a deshora
¿quién lo duda?
No les pidamos firmeza,
pues que son de una señora
que se muda;
que bienes son de Fortuna
que revuelve con su rueda
presurosa,
la cual no puede ser una,
ni estar estable ni queda
en una cosa.

Pero digo que acompañen
y lleguen hasta la huesa
con su dueño:
por esso no nos engañen,
pues se va la vida apriessa
como sueño.
Y los deleites de acá
son, en que nos deleitamos,
temporales,
y los tormentos de allá,
que por ellos esperamos,
eternales.

Los plazeres y dulçores
desta vida trabajada
que tenemos,
¿qué son sino corredores
y la muerte, la celada
en que caemos?
No mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.

Si fuesse en nuestro poder
tornar la cara fermosa
corporal,
como podemos hazer
el ánima gloriosa
angelical,
¡qué diligencia tan viva
toviéramos toda hora,
y tan presta,
en componer la cativa,
dexándonos la señora
descompuesta!

Essos reyes poderosos
que vemos por escrituras
ya passadas,
con casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas.
Assí que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
y perlados,
assí los trata la muerte
como a los pobres pastores
de ganados.

Dexemos a los troyanos,
que sus males no los vimos
ni sus glorias;
dexemos a los romanos,
aunque oímos y leimos
sus historias.
No curemos de saber
lo de aquel siglo passado
qué fue d'ello;
vengamos a lo de ayer,
que también es olvidado
como aquello.

¿Qué se hizo el rey don Juan?
¿Los Infantes de Aragón,
qué se hizieron?
¿Qué fue de tanto galán?
¿Qué fue de tanta invención
como truxieron?
Las justas y los torneos,
paramentos, bordaduras
y cimeras,
¿fueron sino devaneos?,
¿que fueron sino verduras
de las eras?

¿Qué se hizieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?
¿Qué se hizieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?
¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se hizo aquel dançar,
aquellas ropas chapadas
que traían?

Pues el otro, su heredero,
don Enrique, !qué poderes
alcançaba!,
¡cuán blando, cuán halaguero
el mundo con sus plazeres
se le daba!
Mas veréis, ¡cuán enemigo,
cuán contrario, cuán cruel
se le mostró!;
habiéndole sido amigo,
¡cuán poco duró con él
lo que le dio!

Las dádivas desmedidas,
los edificios reales
llenos de oro,
las vaxillas tan febridas,
los enriques y reales
del tesoro,
los jaezes y caballos
de su gente, y atavíos
tan sobrados,
¿dónde iremos a buscallos?;
¿qué fueron, sino rocíos
de los prados?

Pues su hermano, el inocente
que, en su vida, sucessor
se llamó,
¡qué corte tan excelente
tuvo y cuánto gran señor
que le siguió!
Mas, como fuesse mortal,
metióle la muerte luego
en su fragua.
¡Oh, juïzio divinal!,
cuando más ardía el fuego
echaste agua.

Pues aquel gran Condestable,
maestre que conoscimos
tan privado,
no cumple que dél se hable,
sino solo que lo vimos
degollado.
Sus infinitos tesoros,
sus villas y sus lugares,
su mandar,
¿qué le fueron sino lloros?,
¿fuéronle sino pesares
al dexar?

Pues los otros dos hermanos,
maestres tan prosperados
como reyes,
que a los grandes y medianos
truxeron tan sojuzgados
a sus leyes;
aquella prosperidad
que tan alto fue subida
y ensalzada,
¿qué fue sino claridad
que, estando más encendida,
fue amatada?

Tantos duques excelentes,
tantos marqueses y condes,
y barones
como vimos tan potentes,
di, Muerte, ¿dó los escondes
y traspones?
Y las sus claras hazañas
que hizieron en las guerras
y en las pazes,
cuando tú, cruda, te ensañas,
con tu fuerça las atierras
y deshazes.

Las huestes innumerables,
los pendones y estandartes
y banderas,
los castillos impugnables,
los muros y baluartes
y barreras,
la cava honda, chapada,
o cualquier otro reparo
¿qué aprovecha?
Que si tú vienes airada,
todo lo passas de claro
con tu flecha.

Aquel, de buenos abrigo,
amado por virtuoso
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tan famoso
y tan valiente;
sus grandes hechos y claros
no cumple que los alabe,
pues los vieron,
ni los quiero hazer caros,
pues el mundo todo sabe
cuales fueron.

¡Qué amigo de sus amigos!
¡Qué señor para criados
y parientes!
¡Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforçados
y valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Qué benigno a los sujetos,
y a los bravos y dañosos,
un león!

En ventura, Octavïano;
Julio César, en vencer
y batallar;
en la virtud, Africano;
Aníbal, en el saber
y trabajar;
en la bondad, un Trajano;
Tito, en liberalidad
con alegría;
en su braço, Aurelïano;
Marco Atilio, en la verdad
que prometía.

Antonio Pío, en clemencia;
Marco Aurelio, en igualdad
del semblante;
Adrïano, en elocuencia;
Teodosio, en humanidad
y buen talante;
Aurelio Alexandre fue
en disciplina y rigor
de la guerra;
un Costantino, en la fe;
Camilo, en el gran amor
de su tierra.

No dexó grandes tesoros,
ni alcançó grandes riquezas
ni vaxillas,
mas hizo guerra a los moros
ganando sus fortalezas
y sus villas.
Y en las lides que venció,
muchos moros y caballos
se perdieron,
y en este oficio ganó
las rentas y los vasallos
que le dieron.

Pues por su honra y estado,
en otros tiempos passados,
¿cómo se hubo?:
Quedando desamparado,
con hermanos y criados
se sostuvo.
Después que hechos famosos
hizo en esta dicha guerra
que hazía,
hizo tratos tan honrosos
que le dieron aun más tierra
que tenía.

Estas sus viejas estorias
que con su braço pintó
en la joventud,
con otras nuevas victorias
agora las renovó
en la senectud.
Por su gran habilidad,
por méritos y ancianía
bien gastada,
alcançó la dignidad
de la gran caballería
de la Espada.

Y sus villas y sus tierras,
ocupadas de tiranos
las halló,
mas por cercos y por guerras,
y por fuerça de sus manos
las cobró.
Pues nuestro Rey natural,
si de las obras que obró
fue servido,
dígalo el de Portugal,
y en Castilla quien siguió
su partido.

Después de puesta la vida
tantas vezes por su ley
al tablero,
después de tan bien servida
la corona de su Rey
verdadero,
después de tanta hazaña
a que no puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa de Ocaña
vino la Muerte a llamar
a su puerta.

Diziendo: "Buen caballero,
dexad el mundo engañoso
y su halago,
vuestro coraçón de azero
muestre su esfuerço famoso
en este trago;
y pues de vida y salud
hezistes tan poca cuenta
por la fama,
esforçad vuestra virtud
para sofrir esta afruenta
que os llama.

"No se os haga tan amarga
la batalla temerosa
que esperáis,
pues otra vida más larga
de fama tan glorïosa
acá dexáis.
Aunque esta vida de honor
tampoco no es eternal
ni verdadera,
mas con todo es muy mejor
que la otra temporal,
perescedera.

"EI vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales.
Mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros.

"Y pues vos, claro varón,
tanta sangre derramastes
de paganos,
esperad el galardón
que en este mundo ganastes
por las manos;
y con esta confiança,
y con la fe tan entera
que tenéis,
partid con buena esperança,
que esta otra vida tercera
ganaréis".

Responde el Maestre

"No gastemos tiempo ya
en esta vida mezquina
por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;
y consiento en mi morir
con voluntad plazentera,
clara y pura,
que querer hombre vivir,
cuando Dios quiere que muera,
es locura."

Oración

"Tu, que por nuestra maldad
tomaste forma servil
y baxo nombre;
Tú, que a tu divinidad
juntaste cosa tan vil
como el hombre;
Tú, que tan grandes tormentos
sufriste sin resistencia
en tu persona;
no por mis merescimientos,
mas por tu sola clemencia,
me perdona."

Cabo

Así, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer,
y de hijos, y hermanos,
y criados,
dio el alma a quien gela dio,
ei cual la ponga en el cielo
en su gloria.
Y aunque la vida murió,
nos dexó harto consuelo
su memoria.

Baco. Caravaggio

miércoles, 15 de julio de 2009

Seda y Cobre


Maravillosos cuerpos de seda y cobre.
Embriagados por Eros, dios nacido del Kaos.
Con la unión de sus cuerpos encuentran la belleza, armonía musical en sus movimientos, deseo de continuar en el camino del Amor, Camino Irreversible.
Maravillosos cuerpos, de seda y cobre.


lunes, 13 de julio de 2009

El Nacimiento de la Vía Láctea


El Dios de los Dioses del Olimpo, Zeus, era bien conocido por su afición a la conquista de diosas, ninfas y mortales. Esta vez en uno de esos encuentros eligió a la bella mortal Alcmena casada con Anfitrión. Para no levantar sospechas se hizo pasar por su marido y se sentía tan entusiasmado con su nueva amante que hizo retrasar el nacimiento del sol, entre otras cosas para no alertar a su mujer Hera, diosa protectora del matrimonio.
Hera celosa y vengativa con todas las amantes de su marido, siempre montaba en cólera al enterarse de las nuevas conquistas de Zeus y depositaba toda su rabia traducida en venganza hacía las amantes o los hijos del dios no nacidos de su matrimonio.

Cuando hubieron finalizado su encuentro, Alcmena quedó sumida en plácido sueño del que despertó y encontró a su esposo Anfitrión deseoso de unirse a ella.
De ambos encuentros nacieron Heracles, hijo de Zeus e Ificles hijo de Anfitrión.
Heracles ("Gloria de Hera"), era el predilecto por el dios del Olimpo, le dedicaba mil atenciones.
Hera no soportaba tal afecto de su marido hacía aquel bebé, humillada decidió vengarse.
Su primer intento fue retrasar el parto lo más que pudo pero la fuerza del no nacido hizo superar ese obstáculo y nació a los 10 meses. ( 10=Un ciclo completo).
Una vez superada la prueba del parto, Hermes dios mensajero bien sabía que los hijos nacidos de una mortal y un dios no podían alcanzar la inmortalidad si no mamaban del pecho de Hera. Pero, ¿cómo darle de mamar al hermoso y robusto bebé de los generosos pechos de la diosa?

Mientras el pícaro Dios se planteaba este asunto, Hera planeaba la destrucción de ese bebé tan amado por su marido y depositó dos serpientes en la cuna de Heracles, cuando tan solo tenía 8 meses de vida, pero él haciendo honor al poderío de su padre se deshizo de estos malévolos animales sin mayor esfuerzo.
La rabia y la ansiedad crecían en la diosa.
Hermes decidió aprovechar el descanso de Hera para depositar en su regazo al bebé.
Heracles ansioso por mamar del néctar de sus pechos bebió tan violentamente que despertó a la diosa. Ésta viendo que tenía un bebé en su pecho y sin reconocerlo apartó a Heracles con desprecio y de esta acción derramó parte se su leche y de los labios del ya inmortal cayeron pequeñas gotas, formando así la Vía Láctea.



Li Tai-Po


El mundo está lleno de pequeñas alegrías: el arte consiste en saber distinguirlas.


Li Tai-Po (701-762) Poeta chino.

El Nacimiento de la Vía Láctea

"El nacimiento de la Vía Láctea" por Peter Paul Rubens.

TANT HE AMAT QUE VINC...


Tant he amat que vinc en desamar,
sí com aquell qui amics ha tengut
per llur defalt havent-lo decebut
a tot lo món se gira en aïrar.
La gran amor porta ab si càrrec gran,
viure no pot sens gran sosteniment:
lo seu semblant voler l'és sostinent
i, aquell no ferm, amor va tremolant.

Qui ama poc no deu ser desijant
que son amat li sia extrem volent,
car poc voler no és delit sintent
del gran voler que li porta l'amant.
Sol per amor se desija altra amor:
per si mateix no porta a altre delit
e dóna cels dant congoixós despit,
si lo delit de ser amat no encor.

Ja en amor no seré durador,
car son afany sobrepuja el delit.
Al temps antic jo degra ser eixit,
que ignocent era tot amador
e l'home vell solia ser fadrí,
i en temps present és vell qui barba met.
Cascuna amor vol temps sens cald ne fred:
jo crem d'hivern e d'estiu tremolí.

Lo meu voler en amor no fartí
de ser entès e molt menys satisfet:
Déu, mi e el món a tot oblit tramet
e és molt escàs lo grat que jo en sentí.
Per aquell preu que amor deu ser venut,
jo dant aquell, no viu que l'atengués:
aquell voler que sens dir és entès
per mal sentir no fon bé conegut.
Ab gran voler de parlar, jo fui mut,
per no trobar raó qui em satisfés
a ma dolor que bastament digués
e per ço fui hom sens amor tengut.
Mon cor sostrac la paraula de se,

ma boca tenc aquella no passàs,
vergonya i por guardaren aquest pas
e no fon vist com d'amor tal cas ve!
Menys mal d'aquest, ¿qual fort cor lo sosté?
¿Qui és aquell qui sobtós no esclatàs
que sa dolor a mostrar no bastàs
e fos cregut hom sens amor e fe
e son voler vengués ésser jutjat
per saber gros e voler deslleal,
l'entendre seu, veent-lo cominal,
que fos entès d'enteniment tapat?
Si ans de teps só vist blanc e ruat
e lo meu cos mostra haver passat mal,
serà per ço com amor ja no val
a aquell a qui natura ha enamorat.

Per Déu, a mi solament jo no planc,
mas a cascú qui en tal cas se verà!
Bé son jo cert que en tot no em semblarà,
car, per honor, jo em sec en pus alt banc.
Amor, amor, vostre poder és manc
o de sens grat ésser podeu reptat.
Qual d'aquests noms voleu en vós posat,
de qualsevol costat jaeu en fang.

Ausias March

jueves, 9 de julio de 2009

El rapto de las Sabinas. Jaques Louis David (1748-1825)

Pitigrilli


"Si das con una buena mujer serás feliz; y si no te volverás filósofo, lo que siempre es útil para el hombre."


Pitigrilli (1893-1975) Escritor italiano.

Todo a cien


He decidido no dar opiniones "del todo a cien". En este momento tiempo - espacio cualquiera opina, incluida una servidora. Son opiniones momentáneas, carecen de reflexión muchas de ellas.
Así que se acabo lo que se daba. Si escribo una opinión debe parecerse a una tesis doctoral, escogiendo cada una de las palabras con exactitud.
Basta de vulgaridades, opiniones banales y mal utilización del lenguaje oral y escrito.
Ahí me incluyo, ya que debido a mi tiempo y mi situación cultural no he accedido a una educación profunda, eficiente y reflexiva.
Si os he ofendido con mis escritos debéis de disculparme, no volveré a cometer el mismo error.
Me perdono y rectifico.
Gracias por vuestra comprensión.

miércoles, 8 de julio de 2009

La Elegancia (II)


LA ELEGANCIA.- Pablo Fernández Christlieb es de los más importantes impulsores de la psicología colectiva, dice:
“Es falsa la impresión de que la elegancia es asunto de modas y, que su caldo de cultivo es la opulencia. y continua: Ser elegante suele ser sobrio, despacio, y sin ruidos. La etimología de elegante viene de elegir. Diríase que consiste en no notarse. Entonces de lo que se trata es que se note que no se nota. Así que la elegancia no es una manera de vestirse, sino una forma de pensamiento que se manifiesta sutil pero evidente, es una forma de pensamiento que aparece hasta en el vestido, es la decisión de no forzar y entrometerse, para cambiar una realidad queriéndola intervenir en la levedad cotidiana de la vida sosegada, acaparando la atención con aspavientos de aparentar importancia con un cochesote enguarurado ”.

La Palabra Mística



"La mística aflora cuando el hombre se percata (de captare) de que la palabra no sólo revela lo que la palabra dice, sino que el mismo decir viene recubierto de un último velo que la misma palabra no puede desvelar, puesto que ella misma es el velo que revela la realidad precisamente velándola. Se dice lo que se esconde en el decir"
Raimon Panikkar. De la Mística. Experiencia plena de la Vida.

martes, 7 de julio de 2009

lunes, 6 de julio de 2009

Popular

"No hay mal que por bien no venga"

Sobre el Arte


Hoy he mantenido una conversación interesantísima sobre Arte.
En nuestra búsqueda de nuevos artistas nos encontramos con diferentes problemas, entre ellos la superficialidad en el discurso artístico.
El director B apuntaba que "a partir de del S.XVI, en el que apareció el arte social (encargos de la aristocracia y la nobleza para decorar sus espacios o bien, como símbolo de su poder o solvencia económica, entre otras). El arte pasó a tener un sentido más frívolo".
Aceptando esa frivolidad, no podemos negar que los bodegones encargados en el S.XVII carezcan de profundidad.
Ambos llegamos a la conclusión de que hay un grave problema, ya que no aparece en la sociedad artística un lenguaje profundo y continuado y si hay uno reiterativo, frívolo y superfluo.
Y me pregunto:
¿A qué se debe la falta de profundidad en la mayoría de los artistas contemporáneos?
En un mundo en el todo el mundo opina, no creo que sea tan valiosa mi opinión. Así que prefiero profundizar sobre ésta pregunta... y formularme otra...y otra... y formularte otra y otra...
¿No será que nos creemos dioses creadores y el Olimpo es el mercado? Si es así.. ¿valoramos nuestra obra en función al valor que tenemos de nosotros mismos ? ¿Que valores tenemos? ¿Nos amamos y amamos lo que hacemos?

Lo que más me gusta no es responder, es preguntar... porque las respuestas no salen de mi, me las da la vida, me las da el arte...

LA VOZ DEL MAR


Arena en el mar

mar en el desierto...

¡qué otro mar que la lágrima!

¡qué otra lágrima que la arena!

¡cuánto llanto! ¡cuánta soledad!


¿Dónde un espejo, ¡oh mar!

en esta arena, que como tú,

refleje nuestro rostro

y nos devuelva intacta

esa imagen con la que Dios

a su semejanza hombre nos hizo?


La poesía del mar

en un argot de silicio

impregna la tarde del hombre

y desde aquí diviso al sol

desde esta atalaya desnudo


Hay una multitud de fieras

agazapadas desde el pleistoceno

esperando el deceso del crepúsculo

y adivino que están cerca y se aproximan

procurando acorralar las horas

en el mítico segundo de un reloj de arena


Arena en el mar

mar en el desierto...

¡cuánta infinitud de sueños

y de sal albergas en tu lecho!

tus aguas no se rinden

ni se rindieron

¡tu voz no callará!


Será así desde el comienzo


Tu voz profética

nos hablará y nos enseñará

todos los días de nuestra iniquidad


Mar fileteado por la luna

en tu ancho pliego anida un cuerpo

y en tus ojos una lágrima de sal


¡Hay un beso triste que se posa en el agua

cuando solloza la luna de Arabia

durante las noches de Omán!


Alí Al Haded—¡Ábreme la puerta, blanca, ábreme la puerta, niña!

viernes, 3 de julio de 2009

Este amoroso tormento


Este amoroso tormento

que en mi corazón se ve,

se que lo siento y no se

la causa porque lo siento



Siento una grave agonía

por lograr un devaneo,

que empieza como deseo

y para en melancolía.


y cuando con mas terneza

mi infeliz estado lloro

se que estoy triste e ignoro

la causa de mi tristeza. "



Siento un anhelo tirano

por la ocasión a que aspiro,

y cuando cerca la miro

yo misma aparto la mano.

Porque si acaso se ofrece,

después de tanto desvelo

la desazona el recelo

o el susto la desvanece.


Y si alguna vez sin susto

consigo tal posesión

(cualquiera) leve ocasión

me malogra todo el gusto.


Siento mal del mismo bien

con receloso temor

y me obliga el mismo amor

tal vez a mostrar desdén.


Sor Juana Inés de La Cruz.

Sacerdotisa del Alma


Me gustaría dedicarte más que palabras...
Tú despertastes mi alma de un triste sueño, y te sigo. Cuanta confianza he depositado en ti.
Alcanzar mi alma es mi camino, gracias sin fin.
Nada puede ser más armónico que volver a nacer...

A Julieta la sacerdotisa del alma.





jueves, 2 de julio de 2009

Epicuro de Samos

“Principio de toda vida dichosa y, por ello, el sumo bien es la prudencia; es superior a la misma Filosofía; de ella se desprenden las demás virtudes, pues sin prudencia, sin moralidad y sin justicia, no es posible vivir dichoso, como viceversa, sin placer* tampoco se puede vivir racional, moral y justamente.”

Epicuro de Samos

*Cuando habla de placer se refiere a la ataraxia, ausencia de dolor y paz del alma.

Elegancia perdida, ¿la encontraremos?


Decía Epicuro que los placeres que se mantenían

en privado eran propios de las personas que públicamente mostraban sus mejores virtudes. En otras palabras que el disfrute de los placeres terrenales es algo que debe dejarse para la intimidad y la privacidad, siendo así que externa y públicamente sólo se mostrarían las virtudes. Aquel pensamiento del fundador del epicureismo dista mucho de los cánones que hoy imperan en la sociedad. Los modelos a seguir son personas que viven una vida pública llena de placeres fatuos, los cuales casi se confunden con su propia existencia a los ojos de un público inmaduro y ansioso por imitar mínimamente el comportamiento de las estrellas que aparecen en los medios de comunicación masiva.


La elegancia en gran medida es eso: placeres privados y virtudes públicas. De ahí que podamos entender que la sociedad actual ha perdido cualquier atisbo de encontrar en el valor de la elegancia una referencia. La elegancia ha sido desastrosamente reducida a una clasificación de personajes públicos que aparecen bien vestidos en las entregas de premios. Pero comprobemos cuál es la realidad diaria de esas rutilantes estrellas: detenciones por conducir ebrios, fiestas desenfrenadas transmitidas en directo, apariciones en público en harapos -los harapos por muy grande que luzcan un logotipo continúan siendo la ropa que habitualmente usan las personas de muy escasos recursos económicosy desafortunadamente no tienen otra cosa con la que cubrirse- y otros muchos comportamientos que iremos desgranando en esta bitácora desalmada.

Sorprende terriblemente ver cómo los/las elegantes oficiales no son más que una panda de fugaces estrellas que lucen como despojos humanos fuera de los platós de televisión y apenas sostienen una conversación inteligible cuando son entrevistados a la salida de los estrenos. Pero esos son los modelos que nos plantea la sociedad de consumo y que millones de personas en los cinco continentes siguen a pies juntillas.

Sin embargo, uno tiene la incierta esperanza de que este panorama cambiará. Que una nueva generación llena de sensatez y sentido común pueda devolvernos a ese ideal soñado de los epicúreos. Que se vuelva a percibir que el mundo es algo más que imitación, algo más que consumo masivo y que los seres humanos crean en su propia individualidad y afloren sus mejores virtudes. El ser humano elegante como objetivo para una sociedad nueva y más consciente de la capacidad personal frente a la imposición colectiva y mediática.

Bienvenidos los que se atrevan.


Nota

Epicureismo: En el año 306 a. C. Epicuro adquirió la finca llamada “El Jardín” en las afueras de Atenas y fundó su escuela de filosofía. Formada tanto por varones como por mujeres (gran novedad en las escuelas griegas), en ella vivió aislado de la vida política y de la sociedad, practicando la amistad y la vida estética y de conocimiento.
El objetivo de esta filosofía es (como el del resto de escuelas morales helenísticas) el arte de la vida, la realización de una vida buena y feliz. Para el cumplimiento de este objetivo Epicuro consideró que la filosofía tiene una doble tarea: combatir las ideas falsas que fomentan el miedo y el sufrimiento y crear en el sabio un estado de ánimo o talante favorable en toda circunstancia y lugar. Entre aquellas ideas hay que incluir fundamentalmente el miedo al dolor, el temor a la muerte, a los dioses y al destino; la parte de la filosofía que permite resolver estas cuestiones será la Física. La segunda tarea está en manos de la Ética.
La filosofía es para Epicuro el arte de la vida feliz. Por eso la física y la lógica son solo medios para conseguir este fin. Divide la filosofía en Ética (que incluye también consideraciones psicológicas o relativas al alma), Física y Canónica (fundamentalmente lógica y teoría del conocimiento)

Escrito por Pakhitor.

El Banquete o del Amor.


—«El Amor es un gran dios, muy digno de ser honrado por los dioses y por los hombres por mil razones, sobre todo, por su ancianidad; porque es el más anciano de los dioses. La prueba es que no tiene padre ni madre; ningún poeta ni prosador se le ha atribuido. según Hesiodo, el caos existió al principio, y enseguida apareció la tierra con su vasto seno, base eterna e inquebrantable de todas las cosas, y el Amor. Hesiodo, por consiguiente, hace que al caos sucedan la Tierra y el Amor. Parménides habla así de su origen: el Amor es el primer dios que fue concebido. Acusilao ha, seguido la opinión de Hesiodo. Así, pues, están de acuerdo en que el Amor es el más antiguo de los dioses todos. también es de todos ellos el que hace más bien a los hombres; porque no conozco mayor ventaja para un joven, que tener un amante virtuoso; ni para un amante, que el amar un objeto virtuoso. Nacimiento, honores, riqueza, nada puede como el Amor inspirar al hombre lo que necesita para vivir honradamente; quiero decir, la vergüenza del mal y la emulación del bien. Sin estas dos cosas es imposible que un particular ó un Estado haga nunca nada bello ni grande. Me atrevo a decir que si un hombre, que ama, hubiese cometido una mala acción o sufrido un ultraje sin rechazarlo, más vergüenza le causaría presentarse ante la persona que ama, que ante su padre, su pariente, o ante cualquiera otro. Vemos que lo mismo sucede con el que es amado, porque nunca se presenta tan confundido como cuando su amante le coge en alguna falta. De manera que si, por una especie de encantamiento, un Estado o un ejército pudieran componerse de amantes y de amados, no habría pueblo que llevase más allá el horror al vicio y la emulación por la virtud. Hombres unidos de este modo, aunque en corto número, podrían en cierta manera vencer al mundo entero; porque, si hay alguno de quien un amante no querría ser visto en el acto de desertar de las filas o arrojar las armas, es la persona que ama; y preferiría morir mil veces antes que abandonar a la persona amada viéndola en peligro y sin prestarla socorro; porque no hay hombre tan cobarde a quien el Amor no inspire el mayor valor y no le haga semejante a un héroe. Lo que dice Homero de que inspiran los dioses audacia a ciertos guerreros, puede decirse con más razón del Amor que de ninguno de los demás dioses. Sólo los amantes saben morir el uno por el otro. Y no sólo hombres sino las mismas mujeres han dado su vida por salvar a los que amaban. La Grecia ha visto un brillante ejemplo en Alceste, hija de Pelias: sólo ella quiso morir por su esposo, aunque éste tenía padre y madre. El amor del amante sobrepujó tanto a la amistad por sus padres, que los declaró, por decirlo así, personas extrañas respecto de su hijo, y como si fuesen parientes sólo en el nombre. Y aun cuando se han llevado a cabo en el mundo muchas acciones magníficas, es muy reducido el número de las que han rescatado de los infiernos a los que habían entrado; pero la de Alceste ha parecido tan bella a los ojos de los hombres y de los dioses, que, encantados éstos de su valor, la volvieron a la vida. ¡Tan cierto es que un Amor noble y generoso se hace estimar de los dioses mismos!

El Banquete o del Amor. Platón.

¿De dónde eres?

Es curioso pero ayer como tantos otros días me volvieron a preguntar lo mismo. ¿De dónde eres?
Mi contestación siempre ha sido "de Barcelona pero..."
Sé el porqué de esta pregunta... la vida me la pregunta constantemente para que despierte, no puedo ir por mi vida y mi presente como si fuera una extraña o pasajera...
Tengo que vivirla....
Señor@s soy de dónde estoy, soy aquí y ahora!

miércoles, 1 de julio de 2009

Sobre la Elegancia (I)




Atentos a la definición que hace el Sr. Ricardo Yepes Stork




La elegancia

La compostura, sin embargo, se limita más bien a "no desentonar". Aunque sin compostura no es posible la elegancia (esto conviene no olvidarlo), para alcanzar esta última se requiere algo más: ser atractivos, o al menos estarlo, desarrollar el gusto y el estilo, alcanzar la distinción.


Con el fin de comprender un poco qué significa ser elegantes, lo más práctico es analizar los requisitos o contenidos de esta rara cualidad que a todos nos gustaría tener. Lo más inmediato y obvio es que ser elegante significa tener buen gesto. Pero ¿qué es el buen gusto? Ante todo, como nos enseñan Baltasar Gracián y H. Gadamer, es una capacidad de discernimiento espiritual que nos


lleva no sólo a "reconocer como bella tal o cual cosa que es efectivamente bella, sino también a tener puesta la mirada en un todo con el que debe concordar cuanto sea bello". Se trata por tanto de una capacidad que permite afirmar las realidades "gustadas" como "bonitas" o "feas". Pero decir "esto es bonito" o "esto es feo" sólo puede hacerse si "esto", particular y concreto (un vestido, un peinado o un jardín) se refiere a un todo frente al cual el objeto juzgado queda "iluminado" y descubierto como "adecuado" o "inadecuado". El buen gusto es pues "un modo de conocer", un cierto sentido de la belleza o fealdad de las cosas. No se aplica sólo a la naturaleza o al arte, sino a todo el ámbito de las costumbres, conveniencias, conductas y obras humanas, e incluso a las personas mismas. Y desde luego no es algo innato, sino que depende del cultivo espiritual de la educación y la sensibilidad que cada uno haya adquirido. Las cosas de "mal gusto" no pueden ser de ninguna manera elegantes, sino más bien torpes y vergonzosas.


Lógica y afortunadamente, no existe una regla fija que determine qué es de buen y mal gusto. Lo que sabemos es que el buen gusto mantiene la mesura, el orden, incluso dentro de la moda, a la que lleva a su mejor excelencia, sin seguir a ciegas sus exigencias cambiantes, sino más bien encontrando en ella la manera de mantener el estilo personal.


La idea del buen gusto nos lleva a la segunda nota de la elegancia: la distinción. Lo distinguido se opone a lo vulgar, a lo zafio, que tiene ya connotaciones de cierto desaliño y suciedad. Distinguido es lo que sobresale, lo elevado, lo señorial. La persona humana tiende de por sí a moverse hacia lo alto: le gusta volar, soñar, subir, despegarse del peso de la materia y sentirse ingrávida y espiritual, despegada, libre en definitiva. La distinción es aquello que sitúa a la persona humana por encima de la vulgaridad y dentro del señorío. En el caso de la elegancia, la distinción proviene del buen gusto, puesto que éste permite hacer presente la belleza en aquello que el mantenimiento de la compostura nos obliga a realizar.


Cuando la persona dispone su apariencia exterior con arreglo al buen gusto, entonces está bella: guapa, se dice en castellano. Y es esencial entender, como decisiva nota de la elegancia, la presencia de la belleza en la persona. Es ésta la que le da ese aire distinguido y espiritual que, por decirlo así, la desmaterializa y eleva. Claro está que algunas personas tienen una belleza natural, física, que apenas necesita aliños para ser elegante: su porte, su andar, tienen ya una forma naturalmente distinguida y bien proporcionada, hermosa. Estas personas, si tienen buen gusto y son elegantes, pueden llegar a enriquecer su ya natural belleza hasta un esplendor que a las demás les suele estar vedado por su inferior disposición natural.


Es esencial recordar que la belleza significa en primer lugar armonía y proporción de las partes dentro del todo, sean las partes del cuerpo, de los vestidos, del lenguaje o de la conducta. Pero además, como dice Aristóteles, "a las obras bien hechas no se les puede quitar ni añadir, porque tanto el exceso como el defecto destruyen la perfección". "La fealdad -dice Tomás de Aquino comentando este pasaje- es el defecto de la forma corporal, y acaece cuando un miembro se muestra con una forma inadecuada (indecente). Pues la belleza (la elegancia) no se consigue si todos los miembros no están bien proporcionados y adornados". Esto quiere decir que un sólo defecto estropea el conjunto, pues para que la belleza se haga presente en el aspecto exterior de la persona todo en él debe ser íntegro, acabado y bien proporcionado.


Lo íntegro

Lo íntegro es precisamente lo bien hecho, aquello a lo que no le sobra ni le falta nada, lo que está completo y perfecto dentro de sus límites. A los griegos siempre les fascinó esta idea de perfección: lo íntegro es perfecto porque, circunscrito y limitado, dentro de sí tiene su télos, su finalidad, aquello que le da la plenitud. La elegancia envuelve todo el ser de la persona en cuanto ésta es íntegra, poseedora de su plenitud. Por eso, si ser elegante significa ser íntegramente bello, esto no puede limitarse sólo al aspecto del vestido o al arreglo externo. Por fuerza ha de incluir lo que la persona misma es y lo que de ella se manifiesta.


Esta es la idea griega, hoy tan perdida, de que las acciones hermosas, elegantes, son aquellas que uno realiza abandonando su propio interés para emprender la búsqueda de lo en sí mismo valioso, aquello que merece la pena por sí mismo, lo que tiene carácter de fin, lo que una vez alcanzado da la felicidad y la perfección. Este tipo de bienes no son ya los propios del bien decir, o del bien parecer, el arte o la belleza corporal, sino los bienes auténticos, los que realmente nos importan porque no sólo nos hacen felices, sino también buenos. Para los clásicos lo bello, pulchrum, es lo bueno, aquello que conviene al hombre y le perfecciona. Por eso, quien vive en armonía consigo mismo, quien se autodomina, quien emprende esa búsqueda del bien más alto y arduo, ese bien que constituye un ideal de vida, de esa persona se dice no sólo que es buena, sino que tiene kalokagathía, una bondad bella, o una belleza buena, una conducta íntegramente poseída desde sí: ésta es la verdadera elegancia, la que radica en el alma y la embellece porque pone en ella el amor, la virtud y el saber verdaderos.


La elegancia muestra así su dimensión moral, algo que constituye el fondo y sustrato de la otra dimensión, corporal y externa: quien no vive en armonía con sus sentimientos y sus tendencias, quien no sabe lo que quiere y no obra como debe, quien vive en discordia consigo mismo y con los demás, quien no conoce la serenidad y la mesura en sus deseos y acciones, quien es desconsiderado con la realidad que le rodea, quien no reproduce dentro de sí, en su voluntad, afectos e inteligencia, el orden general del universo y del ser mismo, ése no puede ser elegante porque no es bueno, ni dueño de sí mismo. Hasta aquí se extiende la idea de que la elegancia es la presencia de lo bello en la persona.


Reproducir en uno mismo la belleza general del universo es la suprema elegancia. Y esto despierta en los demás el entusiasmo, la admiración. La actitud humana que encamina hacia lograrlo se llama respeto, benevolencia, prestar asentimiento a lo real y ayudar a que cada cosa sea del todo lo que es y lo que puede llegar a ser. Lo indecente, por el contrario, es la prepotencia, atropellar la realidad para someterla a nuestros intereses, pisotear la dignidad de los otros.


La belleza humana no es sólo física, sino también moral. Pero la belleza física, incluida desde luego en la elegancia, no es sin embargo algo simplemente natural. Estaría incompleta si el vestido, el adorno y la proporción no la completaran. El escenario principal de la elegancia, su materia por así decir, es el embellecimiento de la compostura. Y ese embellecimiento puede lograrse al cumplir la inevitable tarea de cuidar de uno mismo: la disposición del atuendo, la ornamentación corporal, los modales distinguidos, la "forma bella de expresar los pensamientos", como define la elegancia el Diccionario antes citado, el modo de moverse, la figura y expresión de cada gesto, etc. La elegancia está en la bella factura de todos ellos. Y ahí es donde se aprende y desarrolla.


Esta bella factura es el escenario donde puede mostrarse otro componente de la elegancia: el arte y el estilo personales, que son la expresión exterior de la propia personalidad y gusto. Un hombre elegante tiene "estilo" propio sabe disponer las cosas con distinción, crea a su alrededor un ámbito cuidadoso y agradable, embellecido por el adorno, pero al mismo tiempo deja traducir un buen gusto característico a través de lo que hace. Por eso el estilo personal es la singularización de la apariencia, el distintivo de la propia figura que la hace inconfundible y en cierto modo irrepetible. La "distinción" radica hoy más en este sello personal que ponemos en nuestra imagen que en el carácter aristocrático de superioridad que en otros tiempos imponía una clase social (D. Innerarity). La elegancia se convierte entonces en cauce de expresión de la personalidad y creatividad de cada uno, en un desafío a la monotonía y a la uniformidad.


Hay que añadir aquí una observación que podría llevarnos muy lejos: `por qué el ornato, el adorno, y no sólo el arreglo y la compostura? Adornar es una necesidad y una costumbre humana que no responde a la manía, o a la simple conveniencia de cubrir lo desnudo o lo vacío. Tiene que ver más bien con la idea de festejar. Todo adorno tiene, en efecto, una doble función: es a la vez representativo y acompañante. Acompaña la representación festiva, y ayuda a ésta. Un traje de boda puede servir de ejemplo. Se trata de un traje extraordinario, superabundante, lujoso incluso, de color simbólico. Realiza una transformación de la novia, y la acompaña, la reviste de atmósfera solemne y festiva al tiempo que significa y realiza su condición nupcial. Se advierte aquí cómo el adorno, el aderezo externo, cumple todo él esta doble función de acompañar y significar lo que la situación exige. Cada ocasión de este tipo tiene unas exigencias y unas conveniencias que el ornato y la figura de la persona deben reflejar, preceder y acompañar. Pues bien: la elegancia preside ese "estar a la altura" que acontece en las ocasiones festivas como adorno y compostura de la persona.


Toda la inmensa capacidad humana de adornar (brazaletes, anillos, collares, pinturas, telas, trajes y utensilios de fiesta) está al servicio de la representación que hace visible y presente lo no inmediatamente presente: el júbilo, la dignidad, la veneración, la gratitud, el recuerdo y la conmemoración... La elegancia encuentra su ámbito más pleno en la fiesta y en las acciones representativas y simbólicas que en ella se dan de modo natural. Las personas en las fiestas parecen distintas, se transforman, se vuelven bellas y elegantes, se ponen a la altura del acontecimiento, y su capacidad creadora tiene entonces ocasión de brillar y de redundar en su torno. Así se transforma un ambiente en festivo.


Aquí surge el peligro de confundir elegancia con simple apariencia. Hay que advertir, como última característica, que no hay elegancia verdadera si no es con ausencia de afectación y fingimiento, con espontaneidad y autenticidad en la expresión. Esto se llama naturalidad, mostrarse tino como es, de modo que lo que aparece responda al fondo y a la interioridad verdaderas. Naturalidad no es pura espontaneidad, sino también mesura, moderación, ausencia de demasía, pues el exceso destruye la elegancia, descoyunta las cosas y los gestos. La verdadera belleza es siempre portadora de naturalidad. Actuar espontánea y moderadamente, con un gusto y estilo personales que muestran en la persona una belleza poseída desde el fondo de ella misma: esto es en resumen ser elegante.


En todo ello los demás son importantes. Mirarnos al espejo, ese dueño de nuestra estima, o sentirnos mirados, es una llamada a embellecernos, a ser elegantes y atractivos como modo de merecer la estimación y el reconocimiento propio y ajeno. Quien ama su dignidad cuida su elegancia. Y así, el cuidado de la propia apariencia añade a la persona la pizca de belleza que le hace amable y atractiva. Es una preparación para el encuentro con los otros, una búsqueda de la nobleza humana del convivir, la creación de un ámbito que está más allá de la pura utilidad: la presentación alegre y festiva de la persona. Ser elegantes consiste en saber encontrar siempre motivos para expresar la alegría por medio del adorno.


Nada se ha dicho todavía de la creación de elegancia. Suele hacerse por medio de modelos (aquí en sentido estricto) que encarnan visiblemente el canon de belleza corporal en cada momento vigente, y el estilo que se hace moda y referencia. Todo ello es socialmente necesario y hoy, como todo, se realiza de modo profesional y empresarial. La imagen del modelo o la modelo es muchas veces multiplicada en los medios de telecomunicación. Pero después, como a los actores y actrices, se le pide que hable, que muestre algo más que una cara o un vestido, que no se convierta en fetiche, que posea de verdad su propia imagen, que no sea sólo lo que parece.


Quien adora el fetiche querrá repetir en sí una elegancia mecánica e imitada, carente de respeto por lo que uno o una es de modo propio y original. Lo importante de la elegancia es que no sea sólo imitación exterior, sino expresión de un mundo auténticamente personal. Esto es lo que he querido decir, amigo lector. Si el hombre habla, no sólo con sus palabras, sino también con su expresión, con su gesto, con su figura, con su vestido y apariencia, decir las cosas bellamente se torna no sólo bueno, sino deseable, pues al ejercerse nos dignifica como personas y eleva al nivel de lo verdaderamente humano la comunidad de vida que tenemos con los demás.

TAL COMO ESTABAS


En el recuerdo estás tal como estabas.
Mi conciencia ya era esta conciencia,
pero yo estaba triste, siempre triste,
porque aún mi presencia no era la semejante
de esta final conciencia

Entre aquellos geranios, bajo aquel limón,
junto a aquel pozo, con aquella niña,
tu luz estaba allí, dios deseante;
tú estabas a mi lado,
dios deseado,
pero no habías entrado todavía en mí.

El sol, el azul, el oro eran,
como la luna y las estrellas,
tu chispear y tu coloración completa,
pero yo no podía cogerte con tu esencia,
la esencia se me iba
(como la mariposa de la forma)
porque la forma estaba en mí
y al correr tras lo otro la dejaba;
tanto, tan fiel que la llevaba,
que no me parecía lo que era.

Y hoy, así, sin yo saber por qué,
la tengo entera, entera.
No sé qué día fue ni con qué luz
vino a un jardín, tal vez, casa, mar, monte,
y vi que era mi nombre sin mi nombre,
sin mi sombra, mi nombre,
el nombre que yo tuve antes de ser
oculto en este ser que me cansaba,
porque no era este ser que hoy he fijado
(que pude no fijar)
para todo el futuro iluminado
iluminante,
dios deseado y deseante.

Juan Ramón Jiménez

Dama con perro


Esta fotografía es la primera obra de arte que forma parte de mi colección.
La colección está dedicada a la Elegancia.
¿Pero que és la Elegancia? He encontrado dos citas, ambas de Balzac.

Elegancia es la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos.


Honoré de Balzac (1799-1850) Escritor francés.



Un efecto esencial de la elegancia es ocultar sus medios.


Honoré de Balzac (1799-1850) Escritor francés.



Estas citas me parecen insuficientes. Encuentro una más.


El Diccionario de la Real Academia Española nos informa que “elegante” significa “dotado de gracia, nobleza y sencillez; airoso, bien proporcionado, de buen gusto”.


Insuficiente.


La Elegancia es un halo de misterio que dota a personas y cosas. Y es lo que exactamente me propongo a averiguar con esta colección.

¿Seré capaz de encontrar la elegancia? ¿O ella me encontrará a mi? ¿Dónde me quiere llevar?

Muchos retos me esperan, pero no pienso quedarme en la superficialidad, quiero sentirla, alcanzarla...

Ya que la elegancia es un misterio, no solo reduciré mi búsqueda al arte... estaré receptiva a todos los campos.., observar el vuelo de un ave...etc.

Pero será mi colección de arte la que lo manifieste.

Como soy una mileurista de momento, tenéis que tener paciencia... o bien rezar para que me suban el sueldo.